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  • Foto del escritorGuillermo Moreno

Las Deudas de la Alta Fantasía



El otro día por Facebook, en cierto grupo de dicha red social, estuve en una conversación con dos grandes escritores y amigos, Luis Guillermo del Corral y Andrés Díaz Sánchez. Disertábamos en ese espacio sobre lo que ha avanzado la Fantasía. La gran pregunta era ¿Qué han aportado los nuevos autores? Es menester señalar, que esta discusión surgió al hablar sobre la figura de David Gemmell. A este autor, se le considera como uno de los que llevó la alta fantasía, especialmente la de corte medieval, al siguiente escalón.


En esa charla, yo dije que la Fantasía debía de dar un pasito hacía atrás, para alejarse de todo ese cinismo y pesimismo. Andrés, por su parte, replicó que en realidad debía volverse más cínica. Yo argumenté contra el exceso de grimdark, y antes de que se armara una tramoya, Il Maistro —Andrés— me aclaró que él hablaba de las dragonadas. En ese momento, nervioso de haberla cagado, yo recapacite. Durante días guardé silencio y luego, después de mucho rumiar, respondí. (Esto parece una charla de viejas) No, no dije eso. Lo que dije fue: que coincidía con él, que era necesario encontrar un punto medio para el género. Para mi suerte, Il Maistro no es un guerrero de esos que desenvaina con rapidez la espada —aunque yo no le llevaría la contraria si llegan a hablar con él sobre el trabajo de Rothfuss—y coincidió conmigo.


Dicha coincidencia me alegró, pero dejó a mis engranes trabajando durante mucho tiempo. Después de rumiar las ideas, llegué a unas cuantas conclusiones. Esos resultados serán plasmados aquí en este artículo.


La pregunta en cuestión es ¿Qué le falta a la Alta Fantasía? Debo acotar, que esto también lo he hablado con otros amigos, como Vladimir Vásquez de la Cueva del Lobo. Y que yo, más que hablar de la fantasía en general, hablaré de la Alta Fantasía, especialmente esa con sabor medievaloso. Entiéndase, estaré hablando de las dragonadas, de todos los deudos de Tolkien y Howard.


Aclarado ese punto, lo primero que debemos hacer, es plantearnos una interrogante: ¿Qué tanto ha avanzado la Alta Fantasía de nuestros padres hasta los autores modernos? Responder esa pregunta requiere ubicar desde ciertos niveles, pues su respuesta varía desde el lente con el cual leas la realidad. Pensemos en una suerte de telescopio o microscopio.


Las Visiones de Telescopio


Ya tenemos nuestra lente de aumento calibrada, nos preparamos para iniciar este viaje analítico. Me siento como el señor de Cosmos, no Sagan, el de mi color. En el primer nivel veremos que la fantasía ha avanzado bastante desde Nuestros Padres [cuando use este término, estaré hablando de Tolkien y Howard] hasta la actualidad. La alta fantasía ha cambiado mucho, le surgieron muchos hijos, detractores, deconstructores, detractores y un largo etcétera. Hay una gran diferencia entre Conan y Elric, entre El Señor de los Anillos y Dragonlance. Entre El Hobbit y la Primera Ley, entre El Ratonero Gris & Ffhard y Un Mago de Terramar.


Ubicados en ese primer nivel veremos que pasamos desde una era de inocencia y arquetipos fijos, a una gran variedad, hasta llegar a esta época cargada de cinismo, signada por el grimdark, que fue potenciado por George RR Martin. Lo que en cierta medida es un gran avance. Si nos quedamos aquí, podríamos decir que la fantasía ha hecho un salto sustancial. Por otro lado, si vemos cómo llegó al cine y la TV, también se hace evidente que algo que era de consumo marginal, ahora atrae a mucho. Concluyendo parcialmente, el avance fue significativo.


Si uno se queda en ese nivel, todo parece lindo y bello, como decía un comediante de mi país. Pero, cuando afinas el oído y decides ir al siguiente nivel descubres que no es así. Hay mucho debajo de aquel avance. Resulta ser que si aplicamos el siguiente lente, veremos que hay cosas que no han cambiado. ¿Cómo así? La fantasía actual repite muchos arquetipos, dio y sigue dando vuelta, alrededor de ciertos tópicos. ¿Recuerdan la queja de Brandon Sanderson sobre el viaje? Y si tomamos en cuenta otros elementos tales como la tecnología y la inclusión veremos que la fantasía no se ha expandido en todas las direcciones. El segundo nivel pone en evidencia algo: la fantasía se ha mantenido estática.


Pero, frente a esa segunda conclusión parcial es necesario aplicar un tercer lente. Cuando el lente se superpone y la luz nos asiste, observamos que la realidad es otra. Sí, si se ha hecho algo en nombre de los cambios y la inclusión. Pero, como todo avance, este no se ha visibilizado tanto como se espera. De allí, que Andrés hablara del Cinismo y yo de dar un pasito atrás. En este nivel descubrimos que si hay inclusión, algunos han abierto su camino. Autores como Andrzej Sapkowski movieron el contexto de una parte de Europa a otra, otros incluyeron nuevas etnias, como la mayoría de los autores afroamericanos al crear su propia literatura. Y así, mucho más. Otros trataron, como mayor o menor éxito llevar la cuestión a otros niveles.


Hecho el recorrido por estos tres niveles, hay que hacer una gran pregunta ¿Hubo o no un avance? Para mí la respuesta es: No, pero se está luchando para que se den. Ahora, es necesario preguntarse ¿En que hace falta avanzar? Y aquí vamos a intentar dar la respuesta y señalar a algunos adelantados. Acoto, que no conozco todo el panorama y que acepto correcciones y aportes. Recordad que tenemos un apartado para comentarios.


Los Grandes cambios.


En esta parte daré vuelta alrededor de algunos puntos ya expuestos, me estoy basando en mi experiencia personal, en artículos leídos y conversaciones con otros lectores y escritores. A raíz de ello, descubrí, que hay ciertos aspectos donde la fantasía cojea.


El Entorno


Esta es una de las principales deudas de este género. Los padres fundadores, como hombres blancos, ubicaron los escenarios del género en espacios que les eran cotidianos, espacios que romantizaron. Howard creó una era que sintetizaba todo el viejo el mundo. Tolkien trató de crear una mitología propia para Inglaterra, que a diferencia del continente, carecía de algo intrínsecamente propia. Quienes emularon a los padres, ubicaron sus historias en versiones pseudo medievales de Europa. Para ser sincero, de Europa Noroccidental. Si echamos un ojo encontraremos poca diversidad.


Esta diversidad de entorno, también nos señalará otra falta: la diversidad étnica. Aun así, existen autores que han decidido mover el telón de fondo. Andrzej Sapkowski nos movió de Europa Occidental a la región Oriental, lo que nos dio un trasfondo y patina cercana al mundo eslavo, por lo tanto un sabor diferente. Otros autores, se han sumado a esa idea y nos han variado el entorno, pero han sido insuficientes.


Pero, para nuestra suerte, existen otros autores, que harto de esta idea han ampliado los horizontes ¿Quiénes? Las comunidades afroamericana —Milton Davies, Balogun Ojetade por ejemplo— decidieron crear una fantasía épica o Espada y Brujería propia donde estuviesen representado, y por eso dejamos Europa para ir a una pseudo África, a este estilo se le denominó Sword & Soul. Ahmed Saladin, nos llevó también a un escenario que recuerda el mundo de las Mil y una Noche. Mientras que Ken Liu con la Dinastía del Diente de Dragón nos lleva al lejano oriente. Y quien le escribe, junto a Paulo Ramírez Villaseñor y Jorge R. del Río, hemos intentado variar el entorno al acercar este tipo de literatura al mundo precolombino.


Ahora cambiar el contexto me lleva a otro tema y es ¿solo basta con cambiar el contexto? La respuesta más sencilla es: No. Cambiar el contexto no tendrá efecto alguno, sino no cambiamos el enfoque de como tratamos a quienes se desenvuelven en él. De nada nos sirve irnos de Europa del Noreste a África o América o Asia, si repetimos los mismos patrones. Tener el mismo mono con diferente cachimba no es válido aquí. Un nuevo entorno implica un nuevo tratamiento y eso nos lleva al siguiente punto.


Tratamiento e inclusión.


¿De qué me sirve tener un contexto que emule a la América Precolombina o África, si excluyo otros grupos étnicos o los trato mal? Pues de nada, porque estaríamos haciendo lo mismo que los autores convencionales hicieron. Un cambio de contexto implica un trato diferente, uno que sea justo —no diré realista— pero ¿Qué implica que sea justo? Que no debo idealizar a un nuevo grupo porque el contexto cambió ¿Cómo así? Sencillo. Que mi nuevo universo la etnia principal sean los hombre negros, no significa que todos los negros van a ser el epitome de la nobleza y el blanco va a ser malo y bruto. —sí, sé la tentación es grande, pero sería repetir la misma tontería— en este contexto todos deben tener las mismas opciones y seguir el rol que la trama les exija. Haces mal si has incluido a otros para que hagan el papel de bichos malos y los inherentes al contexto nuevo como los virtuosos. La ética y moral de un personaje van más allá de su color o preferencias.

Por otro lado, esto nos lleva al punto de la inclusión. Aquí con inclusión no solo hago alusión a la etnia, sino al género y las preferencias. Pero, también debo hacer la salvedad lo políticamente correcto y lo útil. Antes que todo diré, que la inclusión, es válida si esta aporta, si es solo para cumplir con una cuota, es una falta de respeto. Punto. Por otra parte, aquí, si se hace con respeto no cabe la apropiación cultural.


Volvamos al ruedo. Verán, en cierta temporada de Juegos de Trono, la gente se quejó mucho porque los personajes femeninos ganaron relevancia. ¿Lo recuerdan? Melisandre estaba en su apogeo, Daenerys resolvió su problema en Oriente y Cersei se hizo coronar Reina. Muchos imbéciles —eso no tiene otro nombre— consideraban aceptable que hubiese zombis y dragones, pero para ellos era irreal que mujeres mandaran. Estas personas, olvidaron que esto es fantasía y que en el mundo real existieron, existen y existirán mujeres en el poder. Desde Cleopatra, pasando por la Reina de Saba, María Teresa de Austria, Catalina la Grande, la Reina Elizabeth, la Isabel, las Validhe Sultanas, unas cuantas faraonas, Ángela Merkel, Dilma Rousseff y pare de contar.


Como ustedes pueden ver, las mujeres si han tenido presencia, pero en la fantasía han sido escasos los personajes femeninos que han tenido relevancia. Y aquellas que lo han tenido, han recibido un trato poco favorable. A mí me encanta su chainmail bikini, pero Red Sonja es un claro ejemplo de eso (al menos la del comics). Son pocas las sagas que tienen personajes femeninos como protagonista, aunque han tenido personajes femeninos muy fuertes.


Los personajes femeninos en la fantasía han sido apoyo o han sido desahogo para los héroes o decoraciones sexy para los manuales de D&D. O, en muchos casos, la chica en el refrigerador o material para ser violadas. Por lo tanto, este apartado requiere un enfoque diferente sobre lo femenino, y con ello también sobre la homosexualidad. Sé que alguien hizo un gran avance en este tema, Laura Moran Iglesias, haciendo de antóloga, creo una antología titulada La Otra Fantasía Medieval (lectura pendiente) donde intentó hacer algo diferente y la cito aquí:


« ¡El medievo era así!» gritaban todos. Sí, justo así. Con brujos y mantícoras, ¿verdad? Como el resto de historias de fantasía medieval, plagadas de machismo, que son tan fieles al medievoooo que por eso incluyen brujas, magos, elfos, enanos, dragones y toda clase de seres mitológicos que evidentemente sí pegan en estas historias. Leyendo fantasía medieval te das cuenta de que la verdadera criatura mitológica es la igualdad, que ni está, ni se la espera.
Harta de que se usara una excusa tan barata para justificar lo que no es sino pereza y costumbre, hice un llamamiento a otros autores y autoras y les reté a imaginar mundos de fantasía medieval sin machismo. Muchos se rieron de nosotros, diciendo que aquello era un absurdo, pero lo que tienes en tus manos es la prueba de lo contrario: 29 relatos, algunos ilustrados, que demuestran que la fantasía medieval no debe ir de la mano del machismo. Que, si lo hace, es por decisión del escritor y no por exigencias del género.

Trabajos como estos, que deberían ser comunes, pero son puntos y aparte. O en los peores casos, pie de página. Por eso, es evidente que hace falta un nuevo enfoque. Por último, en este apartado al menos, vale la pena hablar del racismo. Hace unos días leí un artículo sobre la gente negra y D&D. Como el juego de rol y el entorno, son catalizadores del racismo. Y es, aunque me duela porque amo ese juego, verdad. En los juegos de rol y sus novelas derivadas, hay poca representación de otras etnias. Y no conforme con ello, hay mucho racismo intrínseco cuando caemos en cuenta la pugna entre las diferentes especies y como algunos reciben un tratamiento jodidamente maniqueo. Los orcos por ejemplo, son malos sin derecho al pataleo y deben ser exterminados.


Pero, antes de que alcen las antorchas, debo acotar que D&D en su nueva edición ha cambiado esa política. Y no solo Wizard of The Coast, sino otros como Pathfinder, han incluido diversidad en sus icónicos, no solo étnica, sino de género. Lo que significa que hay, desde las compañías un intento por enmendarse. Pero, la gran pregunta ¿corregirán los jugadores? Los lectores y, en especial, los escritores si han hecho el cambio, fíjense, que aunque a mí me aburrió, no sabía lo que Drizzt Do Urden, ese elfo llorica, significó y significa para muchos afroamericanos amantes de la fantasía y D&D. lo cierto es que el jodido drow fue la forma como muchos se sintieron visibilizados.


Para mí el break point vino con Stan Nicholls y su trilogía sobre los Orcos, este autor me dio hizo pensar, y por eso hice cuentos como El Sabor de la Libertad o El Orco Intendente, y por ello en la dragonada aún tengo la espinita de esta deconstrucción pendiente.

Resumiendo, que es gerundio, este apartado es el que requiere más trabajo. La Alta Fantasía y la E&B está en deuda con muchos colectivos. Hace falta un mejor trato para con ellos, pero debe hacerse con criterio. No es un avance adaptar o incluir por el mero hecho de que es novedoso o para cumplir una cuota. ¡Con un demonio! por los dulces ojos de Mi Yennefer, si la vaina se va a hacer debe hacerse bien.


La Tecnología.


Bien vamos con la última pata por la que cojeamos. Muchos lectores de fantasía se quejan de que los escritores vuelvan una y otra vez a los mundos medievales. Recuerdo un vídeo del Geek Furioso de la Literatura donde, con su usual ardor hace esa crítica; Por su parte, Víctor Blanco en los videos que se hicieron sobre los monográficos de la fantasía, lo que hizo Roberto Alhambra, dijo algo parecido. Por eso, Delbaeth Rising, está ambientado un entorno que recuerda a la Roma tardía, escenario que a él le gusta más que el sempiterno medioevo. Mi compatriota Vladimir, también comenta lo mismo, es más siempre me recomienda un libro, que no consigo llamado Farm, forge y Steam o algo así, donde abordan ese tema.


Lo cierto es que, muchos autores han tratado de hacer este cambio, los ya nombrado o Fritz Leiber, Howard y Úrsula K. Le Guin ambientaron sus obras en momentos tecnológicos indeterminados o diferentes. Pero, alguien dirá, que no es avance ubicar tu historia en la edad antigua o una edad indeterminada. Pero, lo cierto es que si hacemos un cambio muy radical estaríamos dejando el entorno de la Fantasía Medieval o Alta Fantasía o Espada y Brujería para tocar otros subgéneros.


Pero, vale la pena señalar, que algunos autores como Paul Kearny, Joe Abercrombie y Keith Baker… han hecho avances. Este último, con Eberron, esa ambientación tan peculiar, es quien hizo un cambio significativo al deconstruir el género y llevar a la magia al siguiente nivel. Solo que, como muchas innovaciones, Eberron palideció frente a escenarios tradicionales. (La misma historia de Planescape, Spelljammer y Dark Sun)

En este punto, hay que hilar un tanto fino para no pintar fuera de los bordes. Pero, lo cierto es que la fantasía y los avances tecnológicos, o una aplicación diferente de la magia no tienen por qué excluirse. Sino mirad los sistemas de magia de Sanderson y Rothfuss que tanto gustan. Todo es cuestión, de buscar la forma de incluirlo con criterio.


Conclusión.


¡Quienes hayan llegado hasta aquí, deben saber que son Héroes y yacerán aquí con el resto de los grandes héroes del multiverso! Este recorrido larguísimo llega a su final. Hemos visto el fenómeno desde diferentes aristas y niveles. Identificamos, espero que con éxito, los diversos problemas que tiene la Alta Fantasía, y temo haber metido a todos en un saco. Resaltamos a quienes están trabajando para hacer una fantasía diferente, abordando hasta cierto punto, los problemas. Y hemos hecho un ligero aporte.


¿Qué podemos concluir o volver a aportar?


1. Cambiar el contexto no tendrá relevancia, sino caemos en los mismos tópicos. Nuevo fondo, requiere nuevo tratamiento.

2. La inclusión y el tratamiento debe aportar y hacerse con criterio. Además, queda patente que hay grandes deudas con muchos colectivos.

3. Debemos hacer cambios, siempre y cuando estos no perjudiquen al género. Todo debe realizarse con criterio.

4. Aún queda mucho que hacer y por lo que pelear, si deseamos que la literatura fantástica, y en especial la alta fantasía, avance.


Estas son mis conclusiones. ¿Mis soluciones? No tengo, salvo una sed más crítico con lo que leen. A quienes escribimos, debemos ser más críticos a la hora de escribir, hacer estos aportes; pero sin ceder ante la culpa, y sin dejarnos abrumar por la Tiranía Buenista y Políticamente Correcta. El arte debe ir contracorriente, sino nunca aportará…. Y por último, pónganse a escribir…. ¡No joda!


Algún aporte o duda o queja…. Pues tenemos los canales regulares… se lo agradecería de antemano.

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